¿Cuál es el papel del Reino Unido y Estados Unidos?

La conexión británica

Varios miembros de la OCDE tienen bajo su órbita jurisdicciones opacas satélites. La red británica es, por lejos, la más grande: explica entre un tercio y la mitad del mercado global de servicios financieros offshore. Diez jurisdicciones opacas de nuestro listado son dependencias de la corona británica (por ejemplo, Jersey, Isla de Man y Guernsey) o territorios británicos de ultramar (como Islas Caimán, Islas Vírgenes Británicas o Bermudas). Estos lugares, los últimos vestigios oficiales del Imperio Británico, están respaldados y controlados por el Reino Unido, aunque cada uno puede tener diferentes sistemas políticos y niveles de autonomía política. Por fuera de este grupo existen 15 Commonwealth Realms de la Mancomunidad de Naciones Británicas y 53 países de la Mancomunidad de Naciones Británica, países de la Mancomunidad de Naciones Británica, que más allá de los territorios de ultramar incluidos mantienen un vínculo más relajado con el Reino Unido. 

Todas estas jurisdicciones suelen compartir el sistema de derecho anglosajón (common law); una profunda penetración de los intereses financieros británicos y sus facilitadores; suelen utilizar las tradicionales estructuras offshore británicas como los fideicomisos; tienen al inglés como primera lengua; y para muchos de ellos el máximo tribunal de apelaciones es el Consejo Privado del Reino Unido en Londres (un cimiento legal que ofrece garantías para los inversores y apuntala la industria offshore).  

La Reina de Inglaterra es la Jefa de Estado en la mayoría de estos territorios. En las Dependencias de la Corona y los Territorios de Ultramar su poder va más allá ya que designa a los principales funcionarios entre los que figura el gobernador; y su cara figura en estampillas y billetes. El Reino Unido tiene la capacidad para permitir o bloquear las legislaciones que promueven el secreto financiero pero, como explica nuestro informe narrativo del Reino Unido, estos poderes no son directos y las autoridades británicas han decidido no hacer uso de ellos por motivos políticos y económicos..

La red británica sirvió durante décadas como una 'telaraña' global que capturó el negocio financiero de países alrededor del mundo y alimentó a la City de Londres. Jersey Finance, el organismo oficial que representa a la industria de los servicios financieros de esa jurisdicción opaca, ilustra esta condición mediante una declaración: “Jersey constituye una extensión de la City de Londres”. Esta red, entre muchas otras cosas, permite a la City involucrarse en negocios financieros turbios a la distancia y evitar toda responsabilidad cuando estallan los escándalos.

¿El secreto financiero quedó erradicado del Reino Unido?

En el Índice de Secreto Financiero 2020, el Reino Unido incrementó su puntaje de opacidad más que cualquier otro país lo hizo. Mientras que el promedio de los países en el Índice de Secreto Financiero decreció su puntaje de opacidad en 3 puntos sobre 100, el Reino Unidos lo incrementó en 4 puntos, al pasar del 42 a 46 sobre 100. 

El gobierno británico continúa protegiendo el status de los territorios de ultramar y dependencias de la corona donde sucede la mayor parte de los negocios sucios antes de que el dinero termine en la City de Londres. La red del Reino Unido incluye algunas de las jurisdicciones de mayor rango en el Índice de Secreto Financiero, incluidas las Islas Caimán, que ocuparon el primer lugar, las Islas Vírgenes Británicas, que ocuparon el noveno lugar y Guernsey, que ocuparon el 11º. Las jurisdicciones satelitales que conforman la red del Reino Unido en promedio aumentaron su suministro de secreto financiero al mundo en un 17 por ciento, que es más del doble de la tasa a la que los países de todo el mundo redujeron en promedio su suministro al secreto financiero global. Si el Reino Unido y su red de Territorios de Ultramar y Dependencias de la Corona fueran tratados como una única entidad, esta red ocuparía el primer lugar en el Índice de Secreto Financiero. 

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Cada indicador está explicado aquí.

El gobierno de Reino Unido se ha negado a imponer una mayor transparencia financiera en estos territorios, especialmente con respecto a los fideicomisos. Por el contrario, los ha protegido activamente del escrutinio internacional, por ejemplo, al presionar para eliminarlos de la lista de paraísos fiscales de la Unión Europea. Los esfuerzos de los parlamentarios británicos para exigir que las dependencias de la Corona hagan públicos sus registros de beneficiarios finales se han visto obstaculizados, más recientemente en marzo de 2019. Guernsey, Jersey y la Isla de Man han acordado presentar una legislación ante sus parlamentos para hacer públicos los registros, pero recién para 2023.  

La estrategia posterior al Brexit del Reino Unido también debe ser observada. Con una marcada escalada de la contribución del Reino Unido al secreto financiero global en un 26%, la estrategia para convertir a Londres en el “Singapur sobre el Támesis” debería estar en el radar de los países, especialmente de la Unión Europea que colectivamente redujeron su contribución al secreto financiero global en un 8%. 

El cuadro a continuación ilustra los cambios en el puntaje de opacidad desde la edición de 2018 del Índice de Secreto Financiero, y revela que la mayoría de las jurisdicciones en la red británica han aumentado su puntaje de opacidad, volviéndose más opacos desde 2018.  

Estados Unidos

Estados Unidos, ubicado en el segundo lugar del FSI 2020, comenzó deliberadamente a convertirse en una jurisdicción opaca durante la Guerra de Vietnam como una forma de atraer capitales para cubrir sus crecientes déficits externos. Como explica nuestro informe especial, estos instrumentos para el secreto financiero fueron construidos intencionalmente a nivel federal y estatal. Por ejemplo, Delaware o Nevada ofrecen un poderoso nivel de secreto a través de las estructuras incorporadas en sus territorios.

En la actualidad, Estados Unidos es tal vez la jurisdicción que despierta la mayor preocupación, en términos de transparencia financiera global. Estados Unidos se mantuvo en segundo lugar en la edición 2020 del Índice de Secreto Financiero y aumentó aún más su contribución al secreto financiero global en un 15 por ciento. Puede permanecer en segundo lugar, pero ahora ha superado a Suiza. El incremento de Estados Unidos se debe principalmente al empeoramiento en el puntaje del secreto, en gran parte atribuido a la aprobación de una nueva ley en New Hampshire que permite el establecimiento de fundaciones privadas no caritativas sin la necesidad de divulgación.

Estados Unidos ha ido subiendo constantemente la clasificación del Índice de Secreto Financiero Estados Unidos figuraba en sexta posición, en 2013, y en 2015 ascendió al tercer puesto y, después, al segundo, en 2018, en el cual se mantiene en 2020, pero con un puntaje de secreto más alto.

Estados Unidos tomó importantes medidas para protegerse de las maniobras de evasión que pueden realizarse a través de paraísos fiscales extranjeros. No solo por su voluntad para arrestar banqueros suizos y forzar la apertura del secreto bancario suizo sino también mediante la creación de la Ley de cumplimiento tributario de cuentas extranjeras (FATCA, por sus siglas en inglés) que le permite perseguir los activos de los contribuyentes estadounidenses en el exterior. Sin embargo, ha sido muy reticente a compartir información en la otra dirección: residentes de otros países escondieron activos valuados en billones de dólares en Estados Unidos con la garantía de que los norteamericanos se rehúsan a participar de las iniciativas internacionales para intercambiar información fiscal con otros países.

Hasta ahora, Estados Unidos no ha logrado cumplir las ambiciones anunciadas el año pasado por el senador Lindsey Graham en una audiencia del comité del Senado para mejorar su clasificación en el Índice de Secreto Financiero. Estados Unidos tampoco ha logrado poner fin a empresas anónimas agresivamente comercializadas en algunos estados estadounidenses. Ahora existe una preocupación real por el daño que la promoción de los flujos financieros ilícitos está causando en la economía global.

Sin embargo, hay cierto margen para el optimismo, ya que existe un reconocimiento bipartidista del problema. Por ejemplo, en octubre de 2019, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aprobó una medida bipartidista (la Ley de Transparencia Corporativa) en octubre para poner fin al abuso de empresas anónimas y una legislación similar, conocida como la Ley de Efectivo Ilícito, la cual está siendo considerada por el Comité Bancario del Senado.

Vea más en nuestro informe especial sobre Estados Unidos.